martes, 15 de junio de 2010

Pan de hambre.



Los huesos se salen de la carne, incomprensible crudeza humana,
ojos tristes, estómagos que reflejan el hambre,
manos extendidas pidiendo vivir un poco más mañana
viandas generosas de los ricos llenas de sangre.
No me des nada, déjame vivir como vivía antes
sin coca-cola, con agua enfangada
pero libre, sin cañones gigantes
y sin tu lengua de serpiente envenenada.
No me des lo que te sobra, dame si quieres tu palabra
que yo mi mano te extiendo sonriente,
háblame de justicia, háblame de igualdad de razas,
de compartir riqueza entre continentes.
No me enseñes a sembrar
y te lleves lo que siembre,
No me enseñes a matar
a mi propia gente.








4 comentarios:

  1. Querido amigo. La Humanidad empieza de cero en cada persona. Por eso encontrar humanos, que como tú, conservan el sentido de serlo es un consuelo. Gracias por tus versos. ¡Poeta!

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  2. si señor!
    magnífico!!!!
    q grande eres....

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  3. Tu poesía sobre la fundición de las balas me trajo a la memoría esta otra de mi Bisabuelo, libertario y catedrático de historía, fundador del Ateneo Gaditano, hombre de su tiempo que se prohibió escribir sobre su tiempo para no faltar a la perspectiva histórica.

    A ver si cabe..:

    MI MUSA
    Monstruos de la ambición, conquistadores,
    buscad quien cante la siniestra gloria
    que, amontonando crímenes y horrores,
    dejasteis en los libros de la Historia;
    bellas mujeres que brindáis amores, 5
    buscad quien os conserve en su memoria:
    glorias y amores mi laúd rehúsa;
    la Santa Libertad, ésa es mi musa.
    [...]
    Yo la presente edad, mi siglo canto;
    siglo en que se computa cada hora
    por un nuevo magnífico adelanto;
    pues lanza la veloz locomotora 20
    en honor de la ciencia un himno santo,
    mientras espacios sin cesar devora,
    y el hilo del telégrafo sublime
    el tiempo y la distancia audaz suprime.
    Yo canto al pensador que desvanece 25
    de la ignorancia y del error la bruma;
    al periodista digno que envejece
    sin más tesoro que su honrada pluma;
    al hijo del trabajo que perece
    entre las garras de indigencia suma; 30
    al artista que en obras inmortales
    encarna los modernos ideales;
    [...]
    al heroico soldado que no quiere
    ser instrumento vil de un vil tirano
    y por la causa del progreso muere
    junto al hijo del pueblo, que es su hermano,
    y le da su perdón cuando le hiere; 45
    al oscuro y modesto ciudadano
    que, en lucha contra el fiero despotismo,
    sucumbe en la prisión o el ostracismo.
    [...]
    ¡Musa de libertad y de progreso, 22
    de ciencia, de virtud y de trabajo!
    Deja en mi frente tu sagrado beso

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  4. Hola de nuevo, me equivoqué de poesía.. es en esta otra en la fundía los cañones de la guerra para hacer locomotoras de progreso:

    EL VAPOR
    ¡Siglos de barbarie inquieta,
    que con castillos feudales
    y bosques de catedrales
    abrumasteis al planeta!
    Hoy con envidia secreta 5
    veréis del tiempo la injuria
    ir demoliendo con furia
    vuestras grandes construcciones,
    mientras alza sus creaciones
    esta gloriosa centuria. 10
    Retratan los monumentos
    que erigió vuestra piedad
    una triste sociedad
    de confusos elementos.
    Mi siglo con sus inventos 15
    lanza a Dios más gratos vivas
    que esas audaces ojivas
    puestas en el alto abismo
    a la voz del fanatismo
    quizá por manos cautivas. 20
    Tú, mi siglo, libre cantas
    cuando en el yunque golpeas,
    y arrojas chispas de ideas
    con que la tierra abrillantas.
    Naturaleza a tus plantas 25
    sin resistencia ni encono,
    de tu poder en abono
    haciendo brillante ensayo,
    te da por corona el rayo
    y hace del vapor tu trono. 30
    El planeta se decora
    hoy con cintas de metal,
    que abren camino triunfal
    a hirviente locomotora:
    rauda el espacio devora 35
    sin que el verla a nadie asombre.
    ¿Oís cómo grita en nombre
    del tirano que la oprime?
    Es la materia, que gime
    al verse esclava del hombre! 40
    [...]
    Llegarán felices horas
    en que todas las naciones
    derretirán sus cañones
    para hacer locomotoras,
    cuyas ruedas voladoras 75
    por carril tendrán debajo
    las armas que templa el Tajo;
    que, para bien de la Tierra,
    muere la edad de la guerra
    y viene la del trabajo. 80

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